La asociación expresa, en un comunicado, su malestar con la decisión adoptada por Sanidade de no vacunar a la totalidad de los usuarios que acuden a los centros de día.
La Asociación de Centros De día de Galicia (ACDgal) quiere expresar, a través de un comunicado, “su malestar, el de las personas usuarias y familiares, con la decisión adoptada por Sanidade de no vacunar a la totalidad de las personas mayores que acuden a los centros de día”. Tampoco entienden, insisten, que “se les cite en el centro de salud, teniendo en cuenta las dificultades de movilidad de muchas de estas personas, llamándoles a cuenta gotas, cuando podrían hacerlo de un modo rápido y eficaz, desplazando a los equipos de vacunación directamente a los centros de día, como ya han hecho en algunas áreas sanitarias con la vacuna de la gripe”.
ACDgal denuncia que desde el Gobierno gallego, como les confirmó Carmen Durán, directora xeral de Sanidade Pública, que “no se vacunará a los centros, sino que se llamará a las personas mayores de 80 años y a aquellas personas que puedan acreditar un grado III de dependencia”. Con este criterio, además de retrasar la vacunación, según declaran desde la entidad, “dejarían fuera a aproximadamente un 20% de la población que acude a nuestras instalaciones, y cuyo perfil responde a personas con gran dependencia a la espera de ser reconocido su grado por retrasos en la resolución de expedientes por parte de la Administración”.
“Esta medida nos parece injusta y no recoge los principios de equidad a los que hace mención el documento sobre la Estrategia de Vacunación Nacional”, declaran desde ACDgal. “No corre el mismo riesgo una persona mayor de 80 años, autónoma y sana, que por ejemplo, otra de la misma edad con demencia y necesidad de apoyo para manejarse en el día a día”, añaden.
En este sentido, la asociación quiere recalcar que las personas que acuden a un centro de día son personas con grandes necesidades de apoyo y gran dependencia, con múltiples patologías y deterioro cognitivo y/o funcional. “No vienen a nuestros centros porque se aburran en sus casas, sino porque precisan recibir terapias y tratamientos no farmacológicos para mantener capacidades y ralentizar los efectos degenerativos que provocan las demencias y otras enfermedades”, expresan en su comunicado.
Al inicio de la pandemia, los servicios de los centros de día fueron de los primeros en ser cerrados, una situación que se prolongó durante cuatro meses dejando a las personas usuarias y a sus familias en una situación muy complicada. “Cuando pedimos la reactivación de nuestros servicios, desde la Xunta se justificó el cierre porque trabajábamos con las personas más vulnerables ante la Covid-19 y el hecho de que cada día fueran y vinieran a sus domicilios suponía un riesgo añadido. Por lo que, ahora, que disponemos de la herramienta para protegerles, no entendemos que Sanidade decida que los menores de 80 años se queden fuera de esta protección. Esta medida supondrá la convivencia durante jornadas de 8, 10 y 12 horas de personas vacunadas con personas sin vacunar. Es un sin sentido y una incongruencia total”, alegan desde esta patronal.
Recuerdan, asimismo, que “los centros llevamos un año soportando unas medidas restrictivas de las más exigentes, por lo que los equipos de profesionales, estamos agotados física y mentalmente: la angustia e incertidumbre de saber que en cualquier momento puede aparecer un positivo, podría ser rebajada con la vacunación integral de los centros, además de contribuir a la tan necesaria normalidad”, destacan.
Con respecto al proceso de vacunación, ACDgal denuncia que “no está siendo muy organizado”. Y destacan que los centros les trasladan la dificultad para acudir a las citas de vacunación de los profesionales, ya que les llaman con un intervalo de 15 o 20 minutos y a todo el personal en la misma mañana o tarde. Se ha empezado a vacunar a grupos sin tener finalizada la vacunación de otros prioritarios. Las familias también se quejan porque no se tiene en cuenta que muchas personas dependientes tienen problemas de movilidad y no se pueden desplazar a los centros de salud”.
ACDgal opina, además, que “la Consellería de Sanidade debería tener control sobre los listados de personas usuarias de residencias y centros de día a los que administre la vacuna, dada la importancia de custodiar un bien tan preciado y así evitar tratos de favor”.
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